Recuerdo que cuando empecé a escribir lo que más me costaba era decir algo de una manera que nadie más ha dicho. A día de hoy me sigue resultando complicado. Antes, escribía de forma muy sistemática y cerrada que no daba pie a que el lector haga funcionar su
cabecita y cree su propio mundo. Os pondré un ejemplo para que me entendáis
mejor lo que quiero decir.
Los ojos de la chica eran azules como el mar.
Esto es algo que se ha escuchado demasiadas veces. En una palabra: ¡Aburrido! Aburrido para nosotros los escritores y para nuestros lectores. Esta misma frase la podemos editar de forma que el lector tenga que estrujarse un poquito los sesos y sueñe con nosotros.
Los ojos de la chica son del color de los sueños de un marinero.
Esta metáfora, a parte de ser algo original, da mucho más juego. ¿De qué color se imaginará el lector los sueños de un marinero? Seguramente, cada cual se lo imagine de una manera diferente. Algunos pensarán
en un mar en calma con el sol de poniente haciendo resplandecer las olas del
mar y otros, sin embargo, pueden imaginar otra cosa completamente diferente: el barco llegando a una hermosa cala veraniega.
Ambos tienen razón y si llegase un tercero con otra propuesta más, también
sería acertada.
Después de años escribiendo, he ido recopilando una serie de
"trucos rompedores de barreras” para evitar caer en los tópicos aburridos y experimentar con la escritura. Creo que sería muy interesante compartirlo
con vosotros. Dejémonos de monsergas y adelante con esos consejos.
1, Romped las barreras del narrador
En este punto es preciso diferenciar entre los dos tipos de narradores: el omnisciente y aquel que está narrado desde el punto de vista de un personaje. Nos centraremos en el segundo ya que, desde mi opinión, es aquel que más juego me ha dado.
Permitidme ser “presumido” y poner como
ejemplo un personaje de mi propia cosecha. En los juegos de rol que frecuento suelo crear siempre al mismo personaje: Sarez. Le tengo mucho cariño, lo
creé a los 11 años; en la actualidad tengo 23.
Después de todos estos años, es lógico que le tenga apego. Sarez
es un elfo que ha vivido muchísimos años solo en el bosque, tantos que incluso
ha olvidado cómo comunicarse con otras personas. Una especie de Tarzán, pero
sin monos; para que nos entendamos. Los relatos desde su punto de vista son un
complejo de frases muy cortitas, dando la sensación que Sarez le cuesta
expresarse con claridad. Cualquiera diría que un párrafo construido por frases de cinco palabras, a lo sumo, es una locura. En este caso, y lejos de parecer soberbio, es una genialidad.
Cuando se habla de los distintos puntos de vista del narrador hay que hablar, por
obligación, de George R. R. Martin. Como sabréis, los libros de la saga
“Canción de hielo y fuego” (Juego de Tronos) están divididos por distintos capítulos, cada uno de
ellos narrado desde el punto de vista de un personaje. Martin hace verdadera magia. Sin leer el
título del capítulo ni el nombre del personaje, se puede saber de qué personaje están hablando por la forma en la que se expresa el narrador. Podemos decir lo
mismo de Stephen King (voy a mencionar a King durante todo el post, estáis
avisados. La mayoría de sus obras están acompañadas de distintos puntos de
vista, según el personaje que se trate. Vemos, en "La Torre Oscura", que los
capítulos de Eddie Dean tienen un lenguaje muy coloquial y callejero y, en
cambio, los capítulos de Roland Deschain tienen un narrador sobrio y severo, tipo un pistolero del lejano oeste.
En resumen: vengo a
decir que jugando con el narrador, se puede hacer algo muy original e interesante.
Regresemos al ejemplo de la introducción: "los ojos del color
de los sueños de un marinero". ¿Qué personaje podría decir algo así? Supongo que
un personaje que estuviera relacionado con el mar, un pirata
tal vez. Un hombre de ciudad, con su traje y corbata, sería incapaz de decir
algo así. Tal vez, él diría que la chica tenía los ojos del ideal común de
belleza. Otro ejemplo más, siguiendo con el mismo juego: una persona muy religiosa podría decir que la chica tenía los ojos
de un ángel. Ésta es otra manera de jugar con el narrador. Dos distintos
personajes no tienen porqué ver una misma cosa de la misma manera.
Ahora el ejemplo de la locura: imaginad un personaje que
tenga una deficiencia mental, sería interesante que le narrador se expresase de una manera muy simple, casi "errónea". Esto algo que yo hice, y me encantó. El pequeño
Boomer es un semi-gigante retrasado. La gente de su alrededor lo llama "El pequeño" de manera irónica. Su narrador era algo parecido a:
Boomer
estaba caminado. Boomer se tropezó con una piedra mal puesta en su camino y
el culo de Boomer hizo "pum" contra el suelo. Boomer se quedó de rodillas, abrazado a su rodilla
herida. Boomer lloraba y gemía. Nadie ayudaba a El pequeño Boomer,
Original,
interesante y muy divertido. ¡A la gente le enamoró! Este personaje lo comentaremos con
más profundidad en el tercer consejo.
2. Romped las barreras de la historia
Todos hemos oído esa frase de tres palabras que dice: “nada
está escrito”. Estamos cansados de escuchar la misma cantinela una y otra vez.
Sin embargo, no por ello le quita prestigio. Es cierto que nada está escrito y
para muestra, un botón: "Bojack Horseman" es la serie que más me ha impresionado
en los últimos cinco años. Si la sigues, creo que sabrás muy bien qué es lo que intento decir. Las serie muestra un Hollywood donde conviven animales antropomórficos y humanos, Bojack
Horseman, un caballo y actor retirado, intenta labrarse un nombre en la gran ciudad de las estrellas y
superarse así mismo. Es una serie de humor negro (muy negro) con dotes de
drama. Si ahondar en terreno de spoilers: Bojack sufre una terrible depresión que le
conduce a tomar las peores decisiones posible. Vemos cómo intenta, con un relativo éxito, ser mejor persona. ¿Una serie cuyo
protagonista es un caballo? ¡Menuda estupidez! Nadie en su sano juicio se
interesaría por una trama tan idiota. ¿Nadie? Siempre habrá alguien que apueste
fuerte por una idea, por vuestras ideas. Estoy completamente seguro que, en su
día, la película “Regreso al Futuro” también parecía una estupidez. Hoy se
considera una obra maestra. ¿Y qué hay de "Los Cazafantasmas"? ¡Venga, por favor! Si el villano de la historia se convierte finalmente en la mascota de las nubes de azúcar. ¡Es una tontería! ¿De verdad que es una tontería?
El cine y las series son ejemplos muy visuales, pero también
podemos decir lo mismo de los libros e incluso de la música. Esta semana he
descubierto una canción que me ha encantado; la letra es la lista de los reyes
Godos de España. ¡Decidme que no es una genialidad! Es justo a lo que me
refiero con el título de este post: “romped barreras”. Escribid lo primero que os pase por la cabeza sin pensar si sería lógico y si le gustará a vuestros lectores, con que os guste a vosotros es suficiente.. Una bruja que tengas
tres pupilas en su ojo derecho, un hombre enfermo con pústulas en la piel
que al estallar chillan como ratas asustadas…. ¡Nada está escrito!
Mi consejo: pensad a lo grande y no borréis nada por miedo que eso no guste. No existen
las ideas tontas ni las ideas buenas, solo hay ideas. Escribid hasta que se
sangren vuestros dedos y soñad hasta que vuestro cerebro sea incapaz de
distinguir la realidad con la ficción.
Aquí vamos a ser traviesos y vamos a romper todas las normas establecidas del lenguaje con tal de transmitir con más fuerza nuestra historia al lector.
Ya hemos comentado cómo romper las leyes de la gramática. ¿Os
acordáis de El pequeño Boomer? Si os hubiera mostrado un fragmento suyo sin
explicar cómo es el personaje, estoy seguro que más de uno me hubiera
criticado, y con mucha razón. ¡Así no se hace! Estás incumpliendo tal norma. ¡Muy mal! No
obstante, por incumplir la norma, por romper la barrera de la estructura común, puedo
llegar a enseñaros a un Boomer mucho más crudo que el que hubiera hecho
cumpliendo fielmente las normas de la gramática.
(Siento ponerme como ejemplo, pero, como dije, quiero que este post sea algo muy personal. Son los trucos que he aprendido a utilizar después
de varios años escribiendo, no los de un escritor famoso).
¿Y qué hay de la ortografía? Por supuesto que se puede
violar con la misma facilidad que la gramática. Si el personaje tiene una forma
de hablar muy coloquial, está aceptado cometer las faltas ortográficas
que él usualmente cometería. Se me ocurre un ejemplo muy visual: Cletus, el
personaje de los "Simpson", no dice ni una sola palabra correctamente y, a pesar
de ello, es un personaje muy divertido. Hay muchos escritores que vemos trastear con la ortografía a su voluntad ya sea para mostrar que un personaje habla con un determinado acento, que pronuncia mal una palabra o incluso niños que están aprendiendo a hablar y se equivocan constantemente con lo que quieren decir.
La estructura de la historia es intocable, ¿verdad? Se
empieza por el principio y se termina por el final. Pues, no. ¿Qué cara
pondríais si os digo que podemos juguetear con las líneas temporales de la
misma forma que hemos trasteado con todo lo demás? Una de mis películas
favoritas es "Memento". La historia se cuenta de manera invertida de forma que la
última escena de la película es la primera, cronológicamente hablando, y la
primera escena equivale al final de la película. ¿Se podía hacer esto en un
libro? Por supuesto que sí. Sin ningún problema.
Pero hay algo que no se puede tocar y es que los párrafos
son todos iguales. ¡Mentira! Podemos jugar con los párrafos, darles forma y una
personalidad propia. Imaginad un personaje drogado, éste es incapaz de hablar
con claridad. Podemos transmitir está confusión a los párrafos: repitiendo
ideas pero diciéndolas de forma diferente, cambiando de tema constantemente,
creando frases inconexas y mil trucos más. De normal, según las leyes
estipuladas, el salto de párrafo significa un cambio en tema de conversación.
Sin embargo, esta persona, no se da cuenta que está cambiando de tema. Su
cerebro está acelerado, quiere decirlo todo en el menor tiempo posible.
Si existe una ley, nosotros podemos romperla.
Este es mi consejo favorito. Os lo resumiré con una
pregunta. ¿En alguno de los libros de Harry Potter, en cualquiera de los muchos
que hay, aparece Harry haciendo algo tan habitual como orinar? Parecerá una
tontería, pero después de mucho leer y escribir me he dado cuenta que son
muchas las historia que omiten que sus personajes deben ir al aseo. Claro, no
vas a narrar una escena de un chico orinando si no es importante.
Esta barrera desde hace un montón de años. Muchas veces os he dicho que suelo jugar en foros de rol. Tengo todo tipo de personajes posibles, buenos y malos. Una vez, escribiendo una escena de sexo con una amiga, ella me renegó porque dije "polla". Le dije que mi personaje se ha criado en un barrio marginal, tiene un lenguaje muy callejero y, por supuesto, a la hora de describir una escena de sexo, no lo haría de la misma manera que una chica rica ha disfrutado de la comodidad de la riqueza y que lleva el saber estar por disciplina. Fue imposible. Me hizo editar la palabrota.
Recientemente, he tenido la misma disputa conmigo mismo tras leer un comic que trataba sobre el holocausto nazi, Maus (muy
aconsejable). En un capítulo mostraba a los judíos trabajando a destajo en un
campo de concentración. No tenían descanso para comer, para lavarse ni para al
baño. Hubo una cantidad de muestres descomunales por el cansancio, hambre y las muchas enfermedades que plagaban el lugar. Mi cabeza se puso a funcionar: ¿qué pasa si un judío tenía una
infección estomacal, algo que era común, y necesitaba ir al baño con urgencia?
Por supuesto que no podrían, tendría que hacer sus necesidades sin dejar de
trabajar. Me imaginé que sus pantalones quedarían marrones. Ls otros
judíos se apartarían de él por el mal olor. Nuestro personaje no podía resistir
mucho más. Las piernas le temblarían y su cuerpo acabaría por desdoblarse. Llegaría un
momento que no podría más y cae al suelo. Los otros judíos caminarían por encima de él, no pueden
dejar de trabajar o los nazis los matarán con sus fusiles. Nuestro personaje
acabaría muriendo con los pantalones marrones. Una muerte muy cruda y brutal
que estoy convencido que podría haber sucedido en la realidad. ¿Por qué el
autor no la escribió? ¿Por qué no es seria? A mí me parece muy seria y me daría pánico leerla. Es más, fijaos en una cosa. En toda la explicación del
ejemplo he evitado utilizar las palabras: diarrea, heces, caca, mierda… ¿Por
qué? ¿Acaso no son tan aceptables como cualquier otra palabra?
Esto me lleva a pensar a que, normalmente, muchos autores
suelen evitar utilizar palabras mal sonantes o describir escenas que violarían
la intimidad de los personajes. ¿Por qué?
¡Ojo! No digo que
todos los autores hagan esto. Mi amado Stephen King nos muestra a sus
personajes en todas sus facetas. Es famoso el ejemplo de "It", en el que, al
final del libro (spoiler), los niños (DE ONCE AÑOS) tienen una orgía para
reencontrar la esperanza y la bondad que les permita ayuntar del terror infligido por Pennywise. Otro ejemplo, que personalmente me gusta más, es el que vemos en el libro "La
larga marcha" (ME ENAMORÓ ESE LIBRO). En él, unos adolescentes compiten en un concurso organizado por el ejército por ver
quién puede caminar más lejos sin detenerse. Quien para, es fusilado por unos
soldados que vigilan el concurso. No lo dudéis, aquí vemos a muchachos morir con los
pantalones marrones como el supuesto judío que os comentado. Mi muerte favorita es
la de un chico que mete su aparato donde no le llaman. Una animadora que estaba
en el público del concurso se levantó la falda y llamó al muchacho. Acudió ipso
facto. El pobre chico pensaba que tendría tiempo suficiente para tener un
festín con la chica (descrito a todo detalle por King) y luego seguir corriendo
como si nada. Voy a decir la cita de memoria, perdón si me equivoco: “murió con
los pantalones bajados y la polla tiesa”. Esa muerte me persiguió en
sueños. Fue bestial.
Una vez rompamos la barrera de la intimidad, podemos poner
un niño, un futuro asesino tal vez, que sienta su primera erección, como le
duele y le duele la (cómo el niño diría) pilila, tras cometer una mala trastada. ¡Sería algo muy
interesante de leer!
5. Romped las barreras del conocimiento
Si el consejo anterior os pareció extraño, éste os va a
parecer horroroso. ¿A qué me refiero con las barreras del conocimiento? Con
esto vengo a decir que podemos jugar, no solo con lo que sabemos nosotros como
escritores sino con lo que suponemos que sabe nuestro lector. Esto se consigue
con las referencias, comparando cualquier cosa con algo del folclore popular
para dar una imagen que al lector le resulte conocida y fácil de visualizar.
Stephen King utiliza mucho este recurso. No son pocos los libros en los que compara las acciones de su personaje con alguna canción del folclore popular. Recuerdo con especial cariño la escena de "El cazador de sueños" en el que unos de los personajes está pisando unos huevos de aliens a la vez que canta la canción "I am the Walrus and Eggman" de los Beatles.
El ejemplo que tengo pensado para este punto es muy
divertido. Imaginad que en un momento de la historia, nuestro protagonista, aquel
que define el punto de vista del narrador, ve un niño Sasquatch. Como nuestro
protagonista es muy fan de “El señor de los anillos”, describe al monstruo cómo
un ser viscoso y repulsivo . Dice que es una
especie de (y aquí está la clave) Golum pero con pelo. A estas alturas, es muy
poco probable que nuestro lector no conozca quién es Golum. Jugamos con lo que él
sabe para darle una imagen de lo que queremos decir. Ahora bien, combinando
este juego con el primer consejo, pongamos ahora que nuestro protagonista no es
fan de “El señor de los anillos” sino de las series de terror de los años 90. En este
caso, podría decir que el pequeño Sasquatch le recordaba a una versión
amenazante de la marioneta que presentaba la serie “Historias de la cripta”. El lector se sentirá cómodo con cualquiera de estas comparaciones puesto que es algo que, probablemente, él conozca y, si no lo conoce, luego de leer el libro lo buscará.
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Para terminar me gustaría comentar una escena del libro "El nombre del viento" de Patrick Rothfuss. Transcurría en una taberna. Varias personas comentaban la historia de un cuento que decía que el héroe tenía una capa sin color. Todos en la taberna se preguntaban cómo sería una capa sin color. Uno dijo que se imaginaba una capa gris sucia, otro dijo que era una capa invisible, un tercero dijo que la capa era negra, un cuarto dijo que la capa era de luz blanca como una bombilla e incluso alguien dijo que la capa era de todos los calores al mismo tiempo y por eso el ojo humano no podía diferenciar un único color. La discusión fue muy tensa. La conclusión que yo doy es que quien fuera que escribiese ese cuento, rompió todas las barreras de la imaginación al decir que la capa no tenía color.
Ahora es tú turno. Dime, ¿Te ha gustado el post? ¿Te ha resultado útil? ¿Estás en desacuerdo con algo que he dicho? ¿Añadirías un consejo más a la lista? ¿Te gustaría ver más posts como éste en el futuro? Los comentarios son todo tuyos. Me encantaría saber qué opinas.
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