sábado, 5 de marzo de 2016

Perecederos, Perezosos y Arrogantes

Dos eran las clases que capitanes piratas que abundaban por los mares de Azäir: Los que usaban las botellas para beber el preciado ron y los que las usaban para construir pequeñas maquetas de barcos en su interior. El Capitán Tristán, llamaba a estos capitanes como Perecederos y Perezosos respectivamente. Los primeros no hacían otra cosa que beber y, al terminar de ingerir todo el alcohol que cabía en sus hígados, se quedaban con la botella vacía en sus manos, la cual echaban al mar como si fuera basura. Los Perecederos, como su propio nombre indicaba, no duraban mucho tiempo capitaneando un navío. Motines, asedios y alguna que otra muerte por intoxicación, eran los causantes de la corta de vida de los Perecederos. Muy distintos a éstos eran los Perezosos, capitanes de barco algo más inteligentes pero vagos a lo que imaginación se refería. Sí, se necesitaba una gran paciencia para construir con pequeñas piezas una maqueta igual al barco que capitaneasen, pero aquello, para el Capitán Tristán, no era para nada admirable sino conseguían dar un mayor potencial a sus habilidades. Los Perezosos se quedaban en barcos, no hacían otra cosa más que barcos en una botella. Eran unos débiles y unos inútiles. Hacer lo que todo el mundo hacía no servía de nada. Ya fuera en la construcción de maquetas o en su propia tripulación, los capitanes Perezosos no tenían el ímpetu necesario para luchar para convertirse en algo más de lo que eran.

El Capitán Tristán no era uno estúpido capitán Perecedero ni tampoco un débil Perezoso, él estaba por encima de todos ellos. En las botellas de cristal que con tanto interés guardaba no había ron ni tampoco maquetas de barcos, había islas. Todo empezaba haciendo un pequeño montículo de tierra, luego el agua de forma que cubriese solo la mitad del pequeño islote y, para acabar, llena la isla con maquetas de ciudades.

Era un buen constructor de maquetas, al igual que también era un muy buen capitán. Ningún otro navío podía igualar la fuerza de los cañones del Esqueleto de Ébano. Decenas de pendones se habían rendido a los pies del Capitán Tristán y los almacenes del Esqueleto de Ébano estaban repletos de cofres llenos de oro y joyas. Tenía todo y aun así él quería más. Pues ni era un Perezoso que se conformaba con lo que tenía ni un Perecedero que pronto fracasaba en sus hazañas.

Aquel día el Capitán Tristán bebía la que sería su última botella de ron mientras pensaba en la isla que iba a construir en cuando ésta se vaciase. Sobre su mesa tenía una nota que un cobarde marinero de su tripulación le había dejado. “Destrozaremos lo que más quieres arrogante bellaco.” ¿Un motín? La simple idea le hizo estallar en una amplia carcajada. Esos malditos marineros estarían muertos de no ser por él. Todo cuanto les había exigido a esos estúpidos había sido por ellos. ¿O acaso no era verdad que todavía no habían perdido ninguno de los muchos asedios el Capitán Tristán lideró?         

Pasaron unas horas hasta que los marineros encontraron el cadáver de su Capitán tendido sobre el escritorio de su camarote mientras sostenía una de sus islas embotelladas. Lo habían envenenado.


Otra clase de capitanes piratas, igual de estúpidos que los dos primeros, se sumó a la lista que Tristán había cerrado: Perecederos, Perezosos y Arrogantes.


6 comentarios:

  1. Me gustó la temática pirata y la buenísima frase final. Con ella le das un cierre redondo a la historia. Suerte en el concurso.

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    1. Muchas gracias por tus palabras Alejandro, para mí es todo un honor que te haya gustado. ¡Un abrazo!

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  2. Original visión del mundo de los piratas. Muy bueno, Joel.
    Abrazo!!!

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    1. Un abrazo para ti también Mª Jesús y muchas gracias, comentarios como el suyo me hacen muchísima ilusión.

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  3. Bueno, ya he aprendido algo más sobre piratas, jajajaja. Y es que bien podía haber sido cierto todo lo que narras.
    Suerte en el concurso, Joel.
    Y un abrazote.

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    1. O.O Me alegra mucho que pienses que mi "historieta" pudiera haber pasado en la realidad. Yo también lo pensé cuando se me ocurrió la idea jajajaja. Muchas gracias por todo y una abrazote para ti también :D

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