viernes, 20 de abril de 2018

Sed Exigentes [Opinión personal]

Estos últimos días, en mis círculos sociales, se ha hablado mucho de una canción llamada “Cómeme el Donut”. Yo no sabía de qué se trataba. Me explicaron que era un espectáculo que hicieron un par de concursantes para un programa del tipo talent show; Factor X. Ayer me dio curiosidad y quise ver el vídeo. Como se suele decir: la curiosidad mató al gato. Fue bochornoso. El espectáculo empieza con la presentación de un chico y una chica disfrazados con telas de color carne, simulando estar desnudos, con un donut pegado en sus partes íntimas. Empiezan a “cantar” de forma desafinada, desacorde y totalmente arrítmica. La letra es un caso aparte. Tiene rimas tan genuinas (sarcasmo) como: “yo me como tu materia prima// Voy con mi prima// pero no vamos al Primark”. Mientras uno cantaba, el otro ejercía un ridículo baile de apareamiento digno de los rinocerontes africanos. Acabada la canción, el público aplaudió como loco y el jurado dio su voto positivo. Internet terminó por hacerles virales. Es ahora cuando yo me pregunto: ¿Por qué? ¿Por qué gustan las cosas malas? ¿Por qué se hace viral un chico y una chica haciendo el tonto y no alguien que lleva tocando el violín veinte años? ¿Por qué se valora más el ridículo que el esfuerzo?



Me puse en pensar. Recordé la canción de moda de este verano pasado: “Despacito”. No creo que sea necesario hablar de ella; todos sabemos que, objetivamente, es mala. Los cantantes top de este momento (Maluma, Badbunny…), desde mi punto de vista, ni siquiera son cantantes. Son modelos que representan un modelo de vida a los cuales se les modifica la voz para que suenen bien. Las letras de sus canciones parece que las haya escrito un chiquillo de quince años que está presumiendo de su sexualidad con sus compañeros de instituto. Vuelvo a hacerme la misma pregunta: ¿Cómo es posible que se valore más estas canciones pésimas que la de los cantantes que han dedicado su vida a esforzarse y a aprender?

Lo irónico es que pensaba sobre este tema de la música cuando estaba cenando patatas fritas y huevo frito. Es una cena cutre. Sé cocinar bastante bien, si me hubiese apetecido, podría haberme hecho una mejor cena: un trozo de carne en salsa, un guiso de merluza y guisantes, una lasaña casera… En vez de eso, preferí hacerme una cena rápida y “mala”. Estoy seguro que mucha gente como yo, cuando llega a casa después de un largo día, también prefiere hacerse una cena mala en lugar de trabajar algo más bueno. Esto tiene su razón: es por pereza y cansancio. Pero hay días que, sin estar cansado, me apetece comer mal. Días en los que elijo comer una hamburguesa de un restaurante de comida rápida (malo) antes que un bistec de ternera.

En la literatura, el tema que nos interesa a hablar en este blog, ocurre exactamente lo mismo. La mayoría de novelas que triunfan rápido son las malas: Crepúsculo, 50 Sombras de Grey, Juegos del Hambre, Divergente… Son malísimas y todo el mundo las conoce. En cambio, hay escritores con un gran talento que, por mucho que se esfuercen y trabajen, jamás consiguen ganarse su rincón en las estanterías. Edgar Allan Poe, genio del terror, murió en la absoluta pobreza. Se suele decir que murió vestido con la ropa prestada de otro hombre. Lovecraft fue un miserable toda su vida y no fue hasta  varios años después de su muerte cuando se le reconoció. Me hace gracia imaginar que un Lovecraft actual sería ignorado porque todos estamos escuchando la canción “Cómeme el Donut”.
Lo triste es que los genios que han sido reconocidos tarde los podemos ver en todas las artes. Todos conocemos el ejemplo de Vincent Van Gogh en la pintura. Podría hacer una lista enorme enumerando a todos aquellos genios que fueron ignorados en sus días y hechos famosos después de morir. Cine, pintura, arquitectura….

Al final, siempre vamos a preferir comer una hamburguesa que un chuletón, escuchar “Cómeme el Donut” a la novena sinfonía de Beethoven. Nos conformamos con lo malo, pese a que podemos elegir algo mucho mejor. Insisto: pasa con la música, la literatura, el cine, la comida y un gran etc. Con este post pretendo haceros pensar en qué se merece vuestro reconocimiento. SED EXIGENTES, NO OS CONFORMÉIS CON ALGO QUE SABÉIS QUE ES MALO.

Desde aquí, vamos a intentar poner nuestro granito de arena. Me gustaría que cada uno que leyese este post pusiera en los comentarios un artista actual (escritor, pintor, grupo musical…) poco conocido. Este blog es muy humilde, apenas 300 visitas por post. No vamos a conseguir que una canción sea un éxito mundial al nivel de “Despacito”, pero será un comienzo.

De literatura me gustaría mencionar una de mis novelas favoritas de la cual he hablado en muchísimas ocasiones: “La conjura de los necios”, de John Kennedy Toole.

Respecto a música dos menciones: un grupo argentino de música irlandesa que empieza a ganarse su hueco en la industria, Lig Do Scith, y una chica que toca múltiples instrumentos, especialmente el arpa: Merrigan.

También me gustaría que me criticaseis. Éste es el primer artículo de opinión que hago en el blog. Me ha gustado mucho escribirlo. ¿A vosotros también os ha gustado? Creo que me he quedado corto y debería haberme explayado más; pero siguiendo la mecánica de los artículos que leo habitualmente, no creo que deban de ser excesivamente largos. Me ha gustado compartir mi opinión con vosotros y quizás lo vuelva a hacer en un futuro. Tal vez me sienta extraño e inseguro por falta de práctica. ¿Qué opináis?

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6 comentarios:

  1. Tu ya sabes que me gusta mucho tu manera de escribir,sea un corto,un largo o unos de tus wasaps de corta y pega. Coincidimos hasta en nuestro libro favorito pero no en música, me gusta el Despacito. Pero tienes toda la razon, no hay que dejar que estos mamarrachos revolucionen las redes.

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    1. Los corta-pega de wathsapp es mi sello personal. Un mismo "Me voy a leer a King y a dormir, buenas noches"; me sirve para todos los días y para todas las personas.

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    2. Y yo que creía que era especial. Despegó como me llevo cuando no escribes ningún relato. Vaaa quiero leer algo que me asuste de verdad.

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    3. Yo solo hablo con personas especiales.

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  2. Holi Jowi
    Me ha sorprendido encontrarme por Google + un post tuyo con la foto de "Cómeme el donut" así que he tenido que venir corriendo a ver qué leches hacías tú hablando de eso XD Yo no veo la tele hace mucho tiempo, creo que lo sabes, pero las redes sociales son mágicas... Aun así, no me enteré bien de esta movida hasta que me enseñaron el video en clase. En fin. Vergüenza ajena XD Respecto a tu reflexión estoy medio de acuerdo, ya que no creo que las cosas malas se hagan virales por pereza, sino porque hay tantas cosas buenas que es muy difícil destacar, mientras que si algo es malo todo el mundo habla de ello y, eventualmente, se hace viral. Claramente hay grandes artistas que destacan pero es muchísimo más difícil hacerse ver siendo bueno que siendo cutre o haciendo el ridículo. Además, This is Spain, aquí nos encanta la basura.
    ¡Besitos sonámbulos! ⭐🌙

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    1. Con lo hater que soy, estaba clarísimo que iba a poner la imagen de "Cómeme el Donut" para hacer una crítica (y para rascar visitas hablando del tema del momento, a ver si cuela).
      D:! La idea del texto no era explicar que preferimos lo malo solo por pereza, sino porque "nos conformamos" con lo malo. No solemos ser exigentes ni siquiera con lo que comemos. Y esto pasa en casi todos los países. Los vídeos virales son los más malos. Debo aprender a expresarme mejor para futuros artículos de opinión.
      Me he alegrado mucho de verte por aquí. A ver si termino los exámenes y me paso a leer tu mundo de la eterna vigilia; hace mucho que no reviso qué haces.
      ¡Un abrazo!

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